Hoy me he enterado de que Vivir sin miedos ha alcanzado su séptima edición en español y para celebrarlo te regalo uno de mis capítulos favoritos de Vivir sin miedos:
¿Le pregunta al que ha llegado?
He estado al alcance de todas la manos que han querido tocar mi mano amigamente.
[Silvio Rodríguez]
De tanto mirar, a veces se acaba aprendiendo. [Hiroshima mon amour]
El miedo es el primer enemigo natural que un hombre debe derrotar en el camino del saber y del conocimiento [De Las enseñanzas de Don Juan de Carlos Castaneda]
Cuanto más genial es una persona, más abierta está a compartir sus conocimientos para ayudar a los principiantes; eso es así, porque seguros de su valía, no temen que nadie vaya a eclipsarlos. [Luis Racionero]
¿Quiere cultivar una actitud esencial para liderar su propia vida? Acostúmbrese a preguntar al que sabe.
Soy consciente de que en nuestra cultura sucede exactamente lo contrario. El profesor dice en el colegio ¿Alguien tiene alguna pregunta?… Y nadie levanta la mano. Años después, en las empresas pasa lo mismo. Nadie quiere levantar la mano ni destacar.
Y sin embargo preguntar, pero sobre todo preguntar al que sabe, puede cambiar su vida.
La película En busca de la felicidad, protagonizada por Will Smith y basada en hechos reales, cuenta la historia de Chris Gardner, un comercial que se ve abocado a la ruina y que termina durmiendo en los servicios del metro con su hijo pequeño. Un día, Chris camina por la calle y ve a un hombre que se baja de un llamativo deportivo de color rojo y entonces le dice:
– Tengo que hacerle dos preguntas. ¿Qué es lo que hace y cómo lo hace?
– Soy agente de bolsa.
Finalmente Gardner consiguió un empleo en prácticas en la compañía de ese hombre al que preguntó, posteriormente un trabajo y cinco años más tarde acabó fundando su propia empresa, que por cierto acabó vendiendo en 2006 en un trato multimillonario.
El mensaje de esta cinta, tremendamente inspiradora por otra parte, es claro: pregunta al que sabe sobre algo. Hay personas que saben mucho. Sobre un tema en concreto o sobre la vida. Lo curioso es que casi nadie les pregunta. Y mi experiencia demuestra que si el deseo de saber es sano y sincero, normalmente están encantadas de compartir ese conocimiento. Haga la prueba.
Por supuesto, tiene que estar dispuesto a hacer lo mismo. Y cuanto más lo haga, comprobará que más fluye la información en un sentido y en otro. Y eso enriquecerá, en todos los sentidos, su vida y la de su entorno.
En este sentido, mi modelo son las flores. Ellas regalan su fragancia, sin importar quién sea la persona que se acerca a disfrutarlo. Ellas no preguntan, simplemente ofrecen su aroma a quién quiera disfrutarlo. Pues bien, mi experiencia me ha demostrado que aquellos dispuestos a ofrecer su fragancia a los demás, encontrarán fácil ayuda cuando la necesiten.
Pida ayuda. Lo más probable es que esté dispuesto a ofrecer ayuda cuando se la soliciten, entonces ¿por qué no iba a solicitarla? Pídala, pregunte. No asuma que las personas que están a su alrededor tienen que actuar por sí mismas. Obsérvelo: en una reunión de amigos, alguien dice que se ha quedado en paro. Todos le escuchan pero lo más fácil es que nadie le ofrezca soluciones. Sin embargo, esta misma persona pide ayuda y pregunta si alguien podría preguntar por vacantes en sus empresas actuales o en sus redes de contactos y entonces los demás se ponen en marcha.
Pida lo que quiere: no espere a que los demás lo ofrezcan. Ni en la vida personal ni en la profesional. Pregunte y pida ayuda. La energía tiene que estar en movimiento.
En un curso de escritura que seguí hace muchos años, el escritor Luís Landero nos solía decir, con la intención de que leyéramos los textos clásicos, “hay que libar en la flor y no en la miel”. Aún tengo presente esta frase. Cuando se encuentre a alguien que sabe de algo, a alguien que le sirva de modelo o que le inspire, disfrute de la experiencia de escuchar o de preguntar. Aprenda de esa persona, empápese. Con frecuencia me pregunto por qué nadie pregunta al que ha llegado.
Aunque el destino de esa persona sea diferente al suyo, seguro que tiene algo que aprender. Cada persona tiene una verdad que contar. Eso no significa que esa verdad sea la suya, pero pregunte y escuche, sin juzgar. Seguro que aprende algo.
TENGO DOS PREGUNTAS QUE HACERLE ¿QUÉ ES LO QUE HACE Y CÓMO LO HACE?
Sergio Fernández
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