Unos alumnos del Máster de Emprendedores me han compartido una poesía que me ha encantado porque se aproxima a muchas de mis intuiciones acerca de lo que creo que es la educación.
Es de Diego Ojeda y dice así…
Educar
Es ponerle música al invierno,
un amortiguador a las caídas,
un aplauso a lo imposible.
Educar
es estar siempre a principios de curso,
inventar nuevos puntos de partida,
no salvarse sin haberlo intentado.
Es caminar hacia el futuro
a cámara lenta,
darle la mano a la utopía,
y no dejar sueños pendientes.
Educar
es no abusar de la razón,
jugar al escondite,
con la incertidumbre,
Es saber respirar debajo del agua,
y borrar del diccionario los versos grises.
Es decidir,
invertir,
construir,
y a veces sentir frío.
Es una escena que se repite,
con distintos actores,
una inversión personal,
es una sucursal de planes para una vida,
Es lo que nadie ve
pero todos necesitamos.
[…]
Tengo que reconocer que si hay algo que me hace feliz en este mundo es aprender y participar de los procesos de aprendizaje de otras personas, por eso me dedico a lo que me dedico de manera irrevocable.
Creo que educar y compartir conocimiento con otras personas es lo más valioso que podemos compartir. Educar es plantar bosques de ideas, es regalar semillas de un futuro mejor, es plantar mejores decisiones en el futuro…
Creo que si nos tomásemos en serio esto de educar podríamos cambiar el mundo en una generación. Cuando hablo de tomarnos la educación en serio no hablo sólo desde un punto de vista político, hablo sobre todo de ti y de mi. Hablo de tomarnos en serio aprender e incorporar ideas sobre los asuntos importantes de la vida cada día de nuestra vida.
Lo que hace falta en este mundo no es más dinero o más tecnología, lo que hace falta es más consciencia y más ideas nuevas. Lo único que hace falta es más educación porque ya disponemos de la tecnología, los recursos y la información necesaria para que cada uno de los habitantes de este planeta pudiéramos vivir mejor.
Creo que el día en el que cada persona se convierta en su propio Ministro de educación y lidere su educación, creo que el día en el que dejemos de delegar exclusivamente nuestra educación y la de nuestros jóvenes a instituciones que se han probado incapaces de responder al reto que tienen que afrontar hoy en día en materia educativa, ese día viviremos en un mundo más consciente y libre.
Creo que si cada persona dedicase un rato cada año a planificar su propio plan de estudios sobre qué necesita aprender ese año, no seríamos capaces de reconocer este planeta dentro de unos años. Y esto no es tanto una cuestión de dinero; es fundamentalmente una cuestión de actitud y de consciencia.
Creo que lo mejor que le podemos regalar a otras personas son medios para que aprendan cosas nuevas, por eso me hace tan feliz regalar libros, cursos, formaciones… De hecho es prácticamente lo único que regalo.
Creo que cada persona es un pequeño experto en alguna cosa, que todos tenemos al menos una experiencia que podría ser de utilidad a otras personas, y sueño con el momento en el que cada persona se de cuenta de esto y publique un libro, o imparta un curso compartiendo aquello que ha aprendido. Creo que es una verdadera pena la cantidad de conocimiento que se pierden porque las personas no lo comparten antes de morir.
Creo que el Planeta está en un momento crítico y decisivo, que experimentamos una especie de urgencia espiritual. Por eso vivimos en el momento de la historia de la humanidad con el mayor número no sólo de investigadores, sabios y científicos vivos sino también con el mayor número de personas que se dedican a la vez a la educación en sus diferentes facetas: escritores, divulgadores, formadores, profesores, etc…
Creo que una vez que los seres humanos nos hayamos dado cuenta de que no podemos seguir comprando cosas materiales ad infinitum, con algo de suerte el comercio empezará a estar cada vez más basado en intercambiar conocimiento. Creo que cuando esto ocurra no será sólo positivo para las personas sino también para el conjunto del planeta desde un punto de vista ecológico.
Creo que es una suerte que me pueda educar de prácticamente cualquier asunto que desee con tan sólo dirigirme a una biblioteca o a Internet. Somos tan afortunados que a veces lo olvidamos.
Y creo también que dedicarse a la educación es uno de los mayores regalos que la vida nos puede hacer…
Sergio Fernández
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