Cuando entiendes cómo aplicar el amor, la autonomía y la autoridad en el día a día de la vida te pasan cosas como estas:
Tus hijos se preparan para tener una vida plena cuando sean adultos. Es como aplicar el desarrollo personal en la vida de tus hijos, desde pequeños.
Te sientes seguro cuando tomas decisiones. Tienes una base para poder decidir, y sabes lo que es bueno para el desarrollo de tu hijo.
Sabes cómo y cuándo poner límites, y no te sientes culpable porque comprendes los 3 pilares básicos: amor, autonomía y autoridad.
Tú eres más feliz. Pero es que tus hijos también lo son.
Disfrutas más de la paternidad, sin estrés innecesario.
La convivencia con tus hijos se hace más fácil y satisfactoria.
Desaparecen las discusiones de pareja sobre la educación de los hijos (y esto elimina en efecto dominó otras discusiones también) porque los dos tenéis la misma base en común, y estáis de acuerdo en qué es lo mejor para vuestros hijos. Incluso aunque estéis separados.
Y podría seguir…
De hecho, la diferencia entre aplicando estos tres pilares es tan abismal que a veces cuesta explicar lo diferente que es.