Un día Edison -el inventor- llegó del colegio y le entregó una nota a su madre Nancy. Le dijo que su maestro se la había dado pidiéndole que se la entregase a su madre sin leerla.
Cuando la madre abrió el sobre, sus ojos rompieron a llorar, emocionada, mientras le leía las palabras al pequeño Edison: “Su hijo es un genio. Esta escuela es muy pequeña para él, y no tenemos buenos maestros para enseñarle. Por favor, ocúpese usted de su educación”.
Años después, la madre falleció y mientras Edison estaba ordenando sus documentos, encontró un papel doblado. Sintió curiosidad y lo abrió. Era un papel de la escuela a la que había ido de pequeño. La nota, dirigida a su madre, decía así: “Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitir que siga viniendo a esta escuela”.
Cuentan que Edison quedó fuertemente impresionado porque entendió lo que había sucedido realmente: su madre había cambiado las palabras de aquella nota cuando se la leyó para darle seguridad y confianza al joven. Y lo logró.
Este hecho probablemente cambió la vida de Edison para siempre, y también la de todos nosotros.
“No hay nada como las relaciones. En el universo, cada cosa está relacionada con todas las demás. Nada existe de forma aislada. No podemos pensar que somos individuos que pueden hacerse a si mismos sin ayuda de nadie”, Margaret Wheatley.
Conseguir la confianza de otras personas -y ofrecérsela- cambia el mundo pero también, y más concretamente, cambiará tu proyecto emprendedor y tu vida. El éxito en los negocios es consecuencia de afinar el olfato para saber en quién puedes confiar, y en quien no puedes, así como de conseguir que las personas adecuadas confíen en ti.
Para que Edison pudiera ser la persona que fue, necesitó que su madre confiara plenamente en él. Un emprendedor de éxito sabe que sin relaciones sólidas que lo apoyen no podrá llegar muy lejos en la vida. Por ello domina el hábito –como casi todo, esto también es un hábito- de construir relaciones sólidas.
De entre todas las palancas que un emprendedor puede emplear en la vida posiblemente el conocimiento y las relaciones sean las dos principales.
Algo que saben todos los emprendedores de éxito es que necesitan trabajar más en construir relaciones sólidas y menos en completar tareas. El trabajo de un emprendedor, ya lo sabes, es pensar, averiguar la forma de entregar valor a otras personas, diseñar sistemas que funcionen sin su presencia… y construir relaciones sólidas.
Cualquier proyecto necesita la colaboración de muchas personas y cualquier emprendedor que haya logrado cierto éxito, y que lo haya mantenido, ha sido, necesariamente, una persona generosa con muchas personas, y que ha construido lazos fuertes por el camino. A simple vista, un observador despistado, podrá pensar que no fue así, sin embargo la realidad no demuestra una y otra vez que hacer negocios tiene mucho más que ver con las relaciones que con ninguna otra cosa.
En la Inglaterra del siglo XIX, cierta mujer tuvo la oportunidad de cenar en dos noches consecutivas con dos de los grandes políticos de la época, que además estaban enfrentados: Gladstone y Disraeli. Cuando le preguntaron qué impresión le habían generado los políticos, respondió: “Cuando cené con Gladstone pensé que él era la persona más inteligente de Inglaterra; con Disraeli pensé que yo era la más inteligente de Inglaterra.
Sólo no serás capaz de hacer nada.
Las relaciones lo son todo.
La red es un pre-requisito para el éxito de tu negocio.
¿Quieres ser emprendedor? Aprende a construir relaciones sólidas.
Simplificando mucho, hay dos tipos de personas: las que te enriquecen y las que te empobrecen. Las primeras te apoyan, son generosas y laboriosas, no te juzgan, comparten sus recursos contigo, no llevan la cuenta de lo favores, se interesan sinceramente por tu proyecto y por tu familia, son entusiastas y, como consecuencia de todo lo anterior, la suerte les sonríe…y mucho.
Las otras, ya lo imaginas, hacen exactamente lo contrario.
La idea de este capítulo es que aprendas a cultivar relaciones con el primer grupo.
¿Y cómo se hace? Probablemente ya tengas la respuesta: siendo uno de ellos. Conviértete en esa una persona que enriquece a los demás, una persona cuya presencia inspira a otros. Si te lo propones, te darás cuenta de que tampoco es tan difícil; está al alcance de cualquiera.
Construir relaciones tiene mucho más que ver con dar que con recibir. Mucho más.
Algunas ideas para construir relaciones:
-Concéntrate en dar a otras personas, más que en recibir. El que quiera recibir tiene que empezar dando y quien entiende esto temprano, la suerte le acompaña.
– Recuerda nombres, cumpleaños, efemérides, ofrece ayuda sin razón aparente y, suceda lo que suceda, no lleves la cuenta.
– Ofrece información o contactos de valor a tu red incluso cuando no te lo pidan. Presenta personas sólo porque crees que es importante que se conozcan.
– Si crees que lo necesitas, estudia sobre Inteligencia emocional, comunicación, networking o cómo construir relaciones.
– Promete poco y da mucho. Siempre.
– Pedir ayuda implica que te pueden rechazar. Si lo hacen, no hagas un drama ni lo tengas en cuenta. Forma parte del juego.
– Pedir ayuda implica que quizá le debas algo a alguien. Tómatelo como una oportunidad de construir esa relación en un futuro cuando puedas ayudar a esa persona de vuelta.
– Desarrollar sistemas para construir relaciones: agenda fechas importantes, llama de vez en cuando, hazte de la secta de los fanáticos de la base de datos, llama una vez al día a un ser querido, manda dos agradecimientos cada día, etc…
Tres ideas de poder:
- Sin relaciones sólidas no llegarás muy lejos.
- Tu labor como emprendedor incluye construir relaciones sólidas.
- Construir relaciones tiene que ver más con dar que con recibir.
Hábito: Sistematiza la construcción de relaciones Proponte llamar cada día a un ser querido o mandar una nota de agradecimiento. También podrías invitar una vez a la semana a comer a alguien o hacer una cena una vez al mes en tu casa o podrías proponerte ir a un evento público de tu industria cada año donde hacer networking… Lo importante es que no dejes al azar la construcción de tu relaciones, sino que sea un hábito. |
El texto de este artículo del blog corresponde al capítulo 47 de Misión Emprender: